La reforma laboral y las medidas de “ajuste” del Gobierno de Zapatero son una declaración de guerra a los trabajadores y trabajadoras, pensionistas y demás sectores populares, medidas que también dejan muy claro que el Gobierno, al compás de los dictados del FMI y de la Unión Europea, está empeñado en que la crisis económica la sigamos pagando los que no la hemos provocado, es decir, el pueblo trabajador.